Page 6 - index
P. 6
ANTIGONA:
No insistiré; pero aunque luego quisieras ayudarme, no me será ya grata tu
ayuda. Haz lo que te parezca. Yo, por mi parte, enterraré a Polinice. Será
hermoso para mí morir cumpliendo ese deber. Así reposaré junto a él,
amante hermana con el amado hermano; rebelde y santa por cumplir con
todos mis deberes piadosos; que más cuenta me tiene dar gusto a los que
están abajo, que a los que están aquí arriba, pues para siempre tengo que
descansar bajo tierra. Tú, si te parece, desprecia lo que para los dioses es lo
más sagrado
ISMENA:
No desprecio nada; pero no dispongo de recursos para actuar en contra de
las leyes de la ciudad.
ANTÍGONA:
Puedes alegar ese pretexto. Yo, por mi parte, iré a levantar el túmulo de mi
muy querido hermano.
ISMENA:
¡Ay, desgraciada!, ¡qué miedo siento por ti!
ANTÍGONA:
No tengas miedo por mí; preocúpate de tu propia vida.
ISMENA:
Pero por lo menos no se lo digas a nadie. Manténlo secreto; yo haré lo
mismo.
ANTÍGONA:
Yo no. Dilo en todas partes. Me serías más odiosa callando la decisión que
he tomado que divulgándola.
ISMENA:
Tienes un corazón de fuego para lo que hiela de espanto.
ANTÍGONA:
Pero sé que soy grata a aquellos a quienes sobre todo me importa agradar.
ISMENA:
Si al menos pudieras tener éxito; pero sé que te apasionas por un imposible.
ANTÍGONA:
Pues bien, ¡cuando mis fuerzas desmayen lo dejaré!
ISMENA:
Pero no hay que perseguir lo imposible.
6