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El primero, ósea"Carrao", era un hombre de esos llaneros que nunca
         conocen el miedo y sienten placer desafiando el peligro; hombre
         resuelto, amigo de los caminos en las noches oscuras, gran baquiano
         (experto) de la llanura y extraordinario jinete, ningún caballo había
         logrado quitárselode los lomos por muy bravo que fuera, como nunca
         un toro bravo había logrado tocarlo con sus cuernos. El Carrao era feliz
         andando en plenas tormentas nocturnas, no le importaba que su caballo
         fuera salvaje, más hombre se sentía, era tanta la confianza que se tenía
         que sabía que nunca secaería de un caballo, pues sus piernas habían
         nacido para domar caballos fieros.



         Mayalito, su inseparable compañero y amigo, por el contrario era su
         polo opuesto; un hombre aplomado, juicioso y talentoso en todos sus
         aspectos, fiel sabedor de que con la naturalezallanera no sepuede jugar
         demasiado por que essevera, claro que sin dejar eso así, de ser un
         hombre de gran coraje como todo buen llanero. Ese era Mayalito, el que
         hizo un inventario de advertencias a su compañero, las cuales nunca
         fueron atendidas ni obedecidas, pues la rebeldía y el coraje del Carrao
         constituían un patrimonio muy suyo, del cual no era fácil olvidarse de
         buenas a primeras porque con esas características había nacido.



         Una tarde, cuando el sol palidecía y la noche comenzaba aimponer su
         color sobre la llanura, seadvertía en el horizonte cercano una horrible
         tempestad que hacía pensar que la noche iba a ser tormentosa, se fue al
         mangón y amarró el caballo que estabatrochando, lo trajo al corral, lo
         ensilló y le pegó la margalla, cagalerióla soga y montándose en el brioso
         caballo se despidió de Mayalito. Abrió la puerta de trancas del corral y
         en medio de candelosos rayos sefue alejando en la oscuridad de la
         sabana, esta vez... para nunca regresar.
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